La energía es un elemento esencial en nuestra actividad diaria: electricidad, calor, vapor, aire comprimido, …, pero ¿tenemos la contratación optimizada? ¿Sabemos el coste energético real de cada proceso productivo o edificio? Nuestra experiencia nos dice que con poca o nula inversión es fácil alcanzar un 10% de ahorro en el coste energético. Primero, tomando medidas de ahorro y eficiencia energética, pues sin duda la mejor energía es aquella que no se consume. Y segundo, buscando alternativas renovables o mejores tecnologías disponibles para cada aplicación.

Estamos en un escenario de cambio de paradigma a diferentes niveles. En cuanto a consumo de recursos, hay que pasar del actual sistema lineal a un sistema circular en el que la producción no se hace en base al consumo de materias primas de primer uso, sino aprovechando recursos y residuos de otras empresas y procesos. Además, el escenario de emergencia climática nos obliga a tomar medidas urgentes y eficaces. La sociedad está tomando conciencia de la importancia que tienen sus actos tanto a nivel personal como organizacional para poder revertir esta situación.

La normativa se adapta siempre a los nuevos escenarios y hay que estar, por tanto, continuamente al corriente de estos cambios para poder tomar las medidas oportunas.